martes, 29 de enero de 2013

El fin de una época. Sobre el oficio de contar las cosas.


 

El oficio de contar lo que pasa

En los últimos años ha cambiado mucho el tipo de cosas que en cada momento se cree que deben ser contadas, pocos hechos se explican si se considera la cantidad de sucesos que existen en el mundo, y, es alarmante que todos los medios de comunicación giren en torno a las mismas noticias, que no pasan de diez u once. Las noticias en la actualidad de abordan de una forma repetitiva y dan mucha más importancia a los temas relacionados con la política aunque no haya nada interesante que contar.

Esto no debería ser así, se debería contar todo cuanto sucede y no dejar a la población con una idea incompleta de la realidad.

El lenguaje informativo

Todos los medios de comunicación han heredado los mecanismos de organización y las cuadrículas del periodismo escrito. Han manejado los mismos códigos de lenguaje.

En cuanto a los criterios de selección y organización de las noticias, tenemos que ser capaces de ver que no sólo lo que se selecciona es lo que existe, hay muchísimos hechos más que acontecen en la sociedad.

También tenemos que tener en cuenta que no tenemos porqué contar todo de la misma manera, hay muchas alternativas que se deberían explorar y probar.

La nueva lógica periodística: rentabilidad

En la sociedad en la que vivimos, se puede decir que las empresas persiguen un fin único: el beneficio.

Se buscan tanto la rentabilidad, que muchas veces afecta y daña al propio ejercicio del periodismo. La rentabilidad se está imponiendo a todo, la industria  y el espíritu empresarial se ha apoderado de la comunicación.

Los principios éticos del periodista

El periodista tiene que defenderse a través de sus principios éticos, tiene que conseguir que su profesión encaje con la realidad social.

El problema de la profesión es que nunca ha rescatado ninguna línea defensiva que le permitiera decir que su trabajo se hacía así, y no de otra manera. El periodismo debería desarrollarse a través de unos parámetros intocables.

Debido a que no ha colocado ninguna barrera defensiva, el periodismo está sometido a las acciones empresariales, que transgreden los principios éticos de la profesión.

 

Para qué sirve la información

La información, actualmente es una necesidad social, la cobertura para poder vivir en sociedad.

Todo el mundo necesita saber lo que pasa a su alrededor. Aunque, mucha gente no acude sólo para estar informado, sino para verificar y confirmar sus propios puntos de vista.

Se puede decir que la información es la llave que abre la puerta del conocimiento.

En estos tiempos que corren, vivimos unas de las situaciones más peligrosas de la información, ya que como piensan que la gente tiene muy poco tiempo, se ha pasado a un lenguaje rápido, de publicidad. Grandes titulares, detalles concretos; algo que se pueda digerir pronto y que repercuta mucho.

La consecuencia de que el periodismo vaya encaminado hacia el lenguaje de la intoxicación y la propaganda, es la manipulación.

Quién habla: la segunda voz

Hay que entender que el periodista no es el protagonista, no es el sujeto-agente. La primera voz es la vida, el latir del mundo, y nunca se debe ni sustituir ni usurpar ese poder.

Lamentablemente, muchos periodistas no quieren ver esto, y se dedican a legislar, ejecutar, juzgar, condenar, etc., como si fueran la primera voz, el primer poder, los protagonistas de todo.

La distancia del puercoespín

Otro problema importante que hay que saber afrontar, es el abuso que hacen determinadas personas de los periodistas para poder colar sus mentiras. Un claro ejemplo de esto, son los políticos.

Para poder esquivar esto, podemos utilizar la teoría del puercoespín. Puedes acercarte a los políticos, ya que debes acercarte, porque si no te acercas y sientes el calor no estás en las condiciones de contar nada. Pero nunca te acerques tanto que llegues a correr el riesgo de pincharte, de que te engañen.

Las distancias siempre hay que cuidarlas mucho, desde el principio.

 

 

 

Apocalipsis y desprestigio

Actualmente, asistimos a la reaparición de un pensamiento ultraderechista en el grupo de Intereconomía y medios afines, consagrados al terrorismo informativo. Individuos que provocan una sensación de catástrofe y de incesante fin de mundo.

También podemos decir que el periodismo ha perdido la capacidad de autocrítica, ya que tiene el problema de haber creído que su misión es vigilar y por lo tanto no ser vigilado.

La realidad es que actualmente, el periodismo se ha convertido en una actividad odiosa para la sociedad, los medios de comunicación se han convertido en odiosos. Esta idea está claramente implantada en la población.

El papel de los gabinetes

Otro problema bastante grande de la profesión es que la información ya no tiene que ser buscada porque casi siempre viene dada por los gabinetes de prensa. Se ha alejado de la realidad de las personas de una manera extraordinaria.

Ya no hay búsqueda informativa, resulta muy cara, es mucho mejor y más fácil coger un teletipo y leerlo en vez de estar buscando información.

Enviados especiales

Una de las grandes preocupaciones de la profesión es la desaparición de los grandes testigos, los enviados especiales.

Cada vez resulta más complicado que las empresas trabajen con enviados de su organización. Como máximo contratan freelance. La idea de mandar a una persona de su organización durante quince días, ahora mismo es una excepción y un lujo.

Otro problema de los enviados especiales, es la focalización en algunos conflictos y en otros no, la selección de lo que se convierte en noticia y de lo que se piensa que no es interesante.

Hay muchas zonas del mundo interesantes, con muchos conflictos, que sin embargo están fuera del foco informativo. Lo único que se consigue con esto es que el periodismo esté cada vez más alejado de la vida.

De la opinión y el punto de vista

La actitud ante las cosas y la manera de mirarlas es algo que debería permanecer inalterable en el tiempo, si bien no es obligatorio tener las mismas opiniones.

En la actualidad se necesitan menos periodistas testigos y más periodistas contextualizadores de los hechos. Necesitamos a alguien que no sólo nos cuente bien las cosas, sino que haya podido hacer el trabajo previo de digestión para poder así contextualizar las cosas. Alguien que ordene y organice los hechos, alguien que nos haga entender lo que pasa.

 

Iñaki según Gabilondo

Se siente un hombre profesionalmente afortunado ya que no ha tenido que vivir las grandes amarguras del periodista que no encuentra trabajo o que ha tenido que plegarse de una manera más o menos especial. Ha sido un profesional destacado al que siempre han situado en posiciones estupendas.

La proximidad necesaria

Esta profesión, no debería percibirse sin el contacto con la gente, sin conocer sitios nuevos y hablar con las personas que por allí se encuentran.

El día que nuestra sociedad se vea encerrada en el individualismo, nuestro oficio estará destinado a desaparecer.

La democratización del periodismo

Las nuevas tecnologías han hecho que cualquier persona pueda intervenir en la creación de opinión. Los diarios y las televisiones empezaron a incorporar alguna página dentro de sus programas para que cualquier persona pudiera dar su punto de vista. Puede estar bien, pero es una auténtica locura.

En cuanto a quiénes deciden qué contar, nos encontramos con que siempre son las mismas agencias de información, en vez de todas las que existen, que son muchas. Esto tiene que ver con la posición de poder.

Colgar los tirantes

Las empresas están inventando nuevos programas, simplemente de entretenimiento informativo, ya que parece interesar más. Debido a esto, el público está dejando de lado el pensamiento crítico y unos tipos de programas más serios, por lo que éstos están obligados a desaparecer de forma drástica. La televisión ha decidido que su camino sea el del espectáculo, ahora las noticias tienen que ser sinónimo de entretenimiento, sino no interesan.

Esto no debería ser así, el periodista está obligado a contar a la sociedad todo lo que pasa a su alrededor, ya sea bueno, o malo. No hay que cerrar la ventana que nos lleva a conocer, sino abrirla. Tenemos que ver lo que hay más allá de nosotros mismos.

El fin de una época

El periodismo está viviendo una verdadera transición de una época a otra, estamos presenciando el nacimiento de un nuevo ciclo. Nos estamos adentrando en ese complejo mundo de los digital y las nuevas conectividades.

Debido a esto, muchos periodistas que trabajaban ya con los modelos antiguos tienen muchos problemas, se sienten decepcionados y atropellados.

Pero, lo que sí es cierto, y lo que tenemos que tener en cuenta, es que aunque la forma de hacer periodismo cambie, los valores seguirán siendo los mismos.
 

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