jueves, 27 de diciembre de 2012

Mi autobiografía.


Mi nombre es Lucía Guerra Moreno, tengo dieciocho años, y nací el 21 de Marzo de 1994 en el Hospital de la Paz (Madrid). Mis padres, son Santiago Guerra Salazar y Rosario Moreno Redondo, dos personas que, aunque discuta siempre con ellas, las quiero mucho (bueno, este sentimiento disminuye cuando me obligan a hacer rutas muy largas cuanto vamos a la montaña. Muy bonito, pero muy cansado).

Vivo, y he vivido siempre, en un barrio humilde y obrero de Madrid, llamado San Blas, con mis padres y mi abuela Carmen. Mi barrio nunca ha tenido buena fama, pues siempre se ha dicho que había muy mala gente, y es que, en verdad, había  gran cantidad de drogadictos que se situaban a lo largo de la calle que recorría el parque Paraíso. Pero eso ya ha cambiado, y, se puede pasear tranquilamente por todo el parque. Tenga la fama que tenga, tengo claro que mi barrio no lo cambiaría por ningún otro sitio que me pudieran ofrecer, son muchos recuerdos.

Cuando era pequeñita, pasé el periodo de infantil y de primaria en un colegio que está al lado de mi casa, llamado Alberto Alcocer. Allí, viví gran cantidad de primeras experiencias; hice un montón de amigos, algunos de los cuales sigo teniendo en la actualidad; tuve mis primeros novios, sí, en esa época que con sólo darte la mano ya erais novios para siempre, y, que además, no te contentabas con tener  solo uno, sino que tenías cuatro o cinco novios por lo menos; hice mis primeras perrerías, de las cuales me voy a acordar siempre, sobre todo de una, cuando aún estaba en educación infantil: un niño de mi clase necesitaba ir al baño pero la profe no le dejaba, y yo, tan considerada, viendo a mi pobre compañero que no se aguantaba las ganas, le planteé la posibilidad de que hiciera pis debajo de la mesa, total, nadie se daría cuenta. Él, tan inocente, probó mi idea. Craso error. La profesora se dio cuenta y le mandó ir a por una fregona para limpiar el suelo. Me echó las culpas, pero obviamente la profesora no le hizo caso. La verdad es que parece malvado, pero me río una barbaridad cada vez que lo recuerdo.

De esta etapa siempre recordaré también los odiosos cuadernos de caligrafía, que más que ayudar, hicieron que pasara de saber escribir un 8, a hacerlo totalmente torcido, y que, fueran todos los niños de mi clase corriendo en manada a llamar a mi madre para que hablara con la profesora, como si hubiera hecho algo malo.

Durante todo ese tiempo, también puedo añadir que tuve mis primeras mascotas, como por ejemplo un pollito, de esos que vendían antes y los pintaban de colorines, solo que el mío tenía su color natural, no me gusta que hagan esas cosas con los animales; un hámster blanco al cual le puse de nombre Faibol, porque me recordaba a la peli de dibujos; una pareja de pequeñas tortuguitas, que tristemente me duraron bastante poco, la verdad; mis periquitos Curro y Luna, los cuales eran muy buenos, sobre todo Curro, ya que le tenía mucho cariño y siempre recordaré cuando le guiñaba el ojo y seguidamente él hacía lo mismo…,etc. Pero nunca conseguí tener la verdadera mascota que siempre he querido, un gatito, al cual le hubiese llamado Orión por la peli de Los Hombres de Negro, donde sale un gato que tiene un collar, en el interior del cual se haya la constelación de Orión. He de añadir que en la actualidad lo sigo queriendo, y aún no lo he conseguido, pero prometo que cuanto me independice tendré mi ansiado gato, que, por supuesto, se llamará Orión.


Más tarde, comencé mis estudios de secundaria, en un instituto llamado Gómez Moreno, que también está cerca de mi casa. Allí, empecé a descubrir qué era eso de estudiar de verdad, tuve mis primeros suspensos, mis primeras recuperaciones, etc., aunque he de decir muy orgullosamente que siempre acababa sacando muy buenas notas y nunca he tenido que ir a septiembre. También empecé a saber cuál era mi vocación, la naturaleza, por lo que mi mayor ilusión era ser bióloga. Pero esa ilusión se vio arruinada por mi queridísimo profesor de matemáticas, llamado Andrés, que sin duda consiguió que esa asignatura no fuera lo mío, bueno, ni mío, ni de nadie de clase, todo hay que decirlo. Por lo que hizo que huyera de la rama de Ciencias, muy a mi pesar, cansada de tanto tiempo de academias para un aprobado raspado. Con lo cual, en bachillerato opté por la rama de Humanidades, que parecía no dárseme del todo mal.

Por esas alturas, se empezaron a abrir en mi mundo nuevas ventanas de posibilidades, nuevas carreras empezaban a llamarme la atención, como por ejemplo Comunicación Audiovisual o Diseño Gráfico, ya que siempre me ha encantado la fotografía y hacer montajes; claramente, también Periodismo, puesto que siempre he mostrado gran interés por todo lo que se mueve en ese mundo.

También, empecé a conocer mucha más gente nueva, tanto en el instituto, como fuera de él, ya que el primer año de secundaria, decidí ir a pasar el verano al pueblo donde vive mi primo Alejandro, llamado Orusco de Tajuña, aquí en Madrid. Sin duda, la mejor decisión que pude tomar.

Allí empecé a saber lo divertido que eran las fiestas de los pueblos; a conocer a muchísima gente con la que me llevo increíblemente bien, como por ejemplo Jonathan y Kayliegh, que se han convertido en mis mejores amigos.  Aunque, también he de decir, que aunque hice muchos amigos, también conocí gente que mi presencia no les parecía ni les sigue pareciendo de mucho agrado, sobre todo a las chicas del pueblo. Envidia, lo más probable, ya que los chicos preferían conocer a alguien de fuera. Está mal que yo lo diga, pero en esta caso, es lo que pasa realmente.

Con respecto a mi amiga Kayliegh, puedo decir que desde el principio se convirtió en mi mejor amiga y siempre lo seguirá siendo, es como mi hermana. Pero, uno de los mayores problemas, es que se mudó a Galicia, y, desde entonces nos vemos muy poco. Incluso puedo decir que desde hace ya tres años me es imposible verla, pero hablamos todo lo que podemos. Sin duda, es una pena…

Por lo que se puede observar, su nombre parece bastante raro, pero no hay que engañarse, se escribe así, pero se pronuncia ‘’Keli’’, simplemente. Seguramente su madre decidiera ese nombre porque le recordaba a su tierra, ya que ella es inglesa. Lo más curioso de que su madre sea inglesa, es que Kayliegh, lo que es saber inglés, sabe más bien poco. Su madre nunca se ha preocupado en enseñarla.

Más tarde, empecé Bachillerato, que no se me dio nada mal, sobre todo el primer curso, donde saqué muy buenas notas. En todo el tiempo que estuve haciendo primero de bachiller, me lo pasé bastante bien, me llevaba genial con la gente de mi clase, pero, cuando realmente empezamos a unirnos de verdad, aunque es triste que sea por este motivo, es cuando el día 10 de Octubre de 2010 falleció Quique en un accidente de moto. Un buen amigo de clase, un chico de 16 años que le quedaba muchísimo por vivir, un chico que tenía muchos sueños y metas por cumplir, y que desaparecieron en un segundo, por culpa de la imprudencia de alguien que tendrá ese remordimiento para el resto de su vida…

Cuando terminé primero de bachiller, estaba muy contenta, había aprobado todas las asignaturas y me esperaba un grandísimo verano, en el que podría ir a las fiestas del pueblo porque no tenía que ir a las recuperaciones, todo iba sobre ruedas.

Realmente, me equivocaba, no todo iba sobre ruedas, no sabía que cuando llegara el día 21 de Agosto de ese año 2011, mi vida cambiaría por completo. De nuevo, tuve que recibir otra trágica noticia, que esta vez venía por partida doble: mis amigos Pablo, más conocido como Eche (por su apellido, Echegoyen) y Alberto, habían fallecido.

Sin duda cambió mi vida, eran dos personas muy importantes para mí: Alberto me ayudaba en todos los malos momentos con sus consejos, y Eche siempre me sacaba una sonrisa de oreja a oreja en cualquier momento del día. Son únicos e irreemplazables. Pase el tiempo que pase, para mí, seguirán siendo los mejores.

Fue una cosa de estas que te marcan para siempre, ya que no fue un típico accidente de coche o de moto, como le pasó a Quique, sino la mala cabeza de una persona que les dio a tomar algo que no les debería haber dado nunca. Fue algo mucho peor, algo que te causa una impotencia demasiado grande, un suceso que se queda clavado en el corazón y en la mente para el resto de tus días… Desde entonces, la palabra ‘’estramonio’’ es mi peor enemiga.

Una de las cosas que más vergüenza y rabia me da de este suceso, es que la gente no se concienció en absoluto. Después de esto, lo único que escuchaba eran bromas y más bromas sobre lo ocurrido, demasiados comentarios tipo: ‘’ ¡échame un poco en el cubata!’’. Penoso. Por lo que puedo decir que sí, la gente me da vergüenza, ya no solo por la gran indiferencia de saber que pueden herir a alguien con esos comentarios, sino porque sin duda, que haya ocurrido algo así no les hace cambiar sus hábitos, ni pensar absolutamente en nada. Mentes vacías, cabezas huecas… como se quiera llamar, pero es la cruda realidad.

 

 Cambiando de tema, el segundo curso de Bachillerato fue bastante más difícil, y, en el segundo trimestre, suspendí Griego y Latín… En mi defensa diré que la profesora era realmente un sargento, y las clases con ella eran insufribles. Pero, la demostré que podía sacármelo, y en el tercer trimestre aprobé absolutamente todo, con lo cual, ya no tendría que verla nunca más. Gran ilusión, no puedo negarlo.

Sin duda, fue el verano más largo de mi vida, ya que terminábamos en Mayo, y, aunque tuviéramos que ir a selectividad en Junio, no teníamos que volver a clase.

Selectividad no fue nada mal, al principio iba muy nerviosa, y la primera noche casi ni pude dormir, más concretamente me dormí a las cuatro o cinco de la mañana, teniéndome que levantar a poco más de las siete. Pero no era tan malo como yo pensaba, saqué en total un 8,035. Aunque realmente, quedé un poco decepcionada, todo hay que decirlo.

Con respecto a este curso, puedo decir que también viví una de las mejores experiencias de mi vida, cuando por Navidad me regalaron un pajarito de 23 días de edad, de una especie llamada Agaporni. Tuve que criarle yo, dándole papilla y mucho cariño, y además mucha paciencia ya que tenía que aprender a volar. Le llamé Kiwi, puesto que su plumaje en mayor parte es verde. Después descubrí que era hembra, pero decidí que ese nombre no le quedaba nada mal. Es una pájara muy lista y muy cariñosa, aunque últimamente tiene muy mala leche.

También puedo decir, que conocí y empecé a salir con un chico llamado Juan, con el que sigo actualmente. Es un chico muy bueno, cariñoso, que me hace regalos y me invita a cenar, y, aunque tenga mala memoria, le quiero un montón.

Este año 2012/2013, he empezado mi carrera de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid. De momento no va nada mal, hacemos muchos trabajos y aprendemos mucho cuando tenemos que entrevistar a periodistas, o cuando tenemos que salir a la calle a preguntar cosas a la gente que pasa, aunque la mayoría se asusten y salgan casi corriendo. Es gracioso, pero lo digo totalmente enserio.

Con respecto a los exámenes los tenemos al final de cada cuatrimestre, por lo que todavía no hemos hecho ninguno, así que, espero que me salgan muy bien y que no me puedan los nervios de enfrentarme a algo nuevo. Aunque, he de decir que me conozco lo suficiente como para saber que me pasará, y, que me pondré muy nerviosa.

 En la universidad, he conocido a mucha gente nueva, muy maja, la mayor parte de otras ciudades españolas, por lo que hay veces que me siento un poco fuera de sitio, en el sentido de que tienen costumbres, formas de hablar y un comportamiento un poco diferentes a las personas de aquí. Diría que somos un poco más bastos y despreocupados a la hora de hablar, por lo menos por lo que he visto hasta ahora.

 Sin duda alguna, echo de menos a mis antiguos compañeros de clase, y, he decir, que aunque esté conociendo a mucha gente nueva no hay nadie mejor que mis amigos de siempre, no les cambiaría por nada.

Sobre este año también puedo decir que a mi pajarita Kiwi le compré un amiguito, llamado Cuqui, con el que dentro de poco va a tener pollitos. Y, por supuesto, no se me olvida, ahora en casa tenemos una nueva inquilina, una ardilla coreana muy bonita, pero muy dormilona.

Ahora, mi objetivo es saber qué nombre ponerle, porque a veces soy muy indecisa y me está costando bastante encontrar uno que me convenza lo suficiente.

Mis planes de futuro son variados, me gustaría terminar la carrera de Periodismo y encontrar un buen trabajo, ya que ahora con la crisis y sobretodo la situación que está atravesando esta profesión, está muy mal poder encontrar algo, así que espero tener suerte.

También me gustaría sacarme el carnet de conducir, y poder ir a los sitios que yo quiera sin necesidad de depender de nadie.

Y, por último, viajar mucho. No tengo que quedarme sin ir, a sitios como por ejemplo, el Machu Picchu, que tiene que ser increíble; hacer un Safari en África para poder ver a todos los animales salvajes que por allí se encuentran;  ir a alguna isla paradisiaca a relajarme y bucear para ver la fauna marina, etc.

No sé si pido demasiado, pero espero poder cumplir todo esto algún día.




 

1 comentario:

  1. El camino correcto suele ser el mas duro, pero también el que te lleva al mejor destino. Lucha fuerte por lo que deseas, y podrás alcanzar tus sueños. TU TE LO MERECES. Te quiero Vainillita

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