Hemos asistido a una conferencia
relacionada con los másters de investigación, que trataba sobre la comunicación
política.
Esta conferencia ha sido
realizada por Luis Arroyo, sociólogo y consultor de comunicación política. Es
considerado uno de los más prestigiosos profesionales de su sector, y ha
trabajado para numerosos medios e instituciones, como en el Gobierno de España
al mando del PSOE, en el que estuvo 4 años.
Para empezar la conferencia, nos
recomienda el libro que ha publicado este año, llamado ‘’El poder político en
escena’’.
La primera idea que nos plantea
es, la manera que tienen los políticos de elevar las expectativas, lo que él
llama ‘’Síndrome de Disney World’’.
Para ello nos cita esta
fórmula: S=R-E
Lo que viene a ser: Satisfacción=
Resultado – Expectativas
Luis Arroyo, utiliza para esto la
metáfora ‘’cien días en el quirófano’’. El gobierno del PP no hace más que
alargar lo que dejó el PSOE en vez de solucionarlo, se empeña en decir que ‘’no
tocarán órganos vitales’’, los cuales son por ejemplo, la sanidad y la
educación. Pero al final, de una manera u otra, acaban tocándose esos ‘’órganos
vitales’’.
Si manejas bien las
expectativas, la gente te entenderá mejor. Por ejemplo, cuando nos dicen:
‘’todavía no se va a crear empleo, el año que viene tampoco, pero al siguiente
año todo mejorará…’’, para que cuando llegue el día en el que las cosas
mejoren, sea o no sea ese año, puedan decirnos: ‘’lo dijimos, había que tomar
medidas…’’, y así la gente piense: ‘’pues quizá tenían razón…’’.
Para entender todo esto del
manejo de las expectativas, nos recomienda otro libro, llamado ‘’Mind over
mind’’.
El manejo de las expectativas es
fundamental para afrontar la comunicación política.
En la segunda idea, plantea la
relación que tiene la población con la política. Respecto a esto, se pueden dar
unos porcentajes:
-
Un 40% de la población les da igual la política.
-
Un 40% participa siempre en la misma dirección
-
Un 20% son persuadibles (actúan en función de
cómo van las cosas, pueden ir en una dirección o en otra).
También nos cuenta que, cuanto
más nos informamos y participamos en relación con la política, más difícil es
que cambiemos de opinión, puesto que nos polarizamos.
Nos habla de lo que él llama
‘’racionalidad limitada’’: el cerebro no está preparado para afrontar la verdad
de las cosas ni para defendernos de las ideas contrarias a las nuestras ya que
no nos informamos de ellas.
Menciona también el llamado
‘’Framing’’ (enmarcado): en función de lo que me digan estoy de acuerdo o en
desacuerdo.
Por ejemplo, si decimos: ‘’Es
malo que el Estado intervenga en…’’, estará de acuerdo el 98% de los
encuestados.
Pero si por el contrario decimos:
‘’Es bueno que el Estado intervenga en…’’, también estará de acuerdo el 98% de
los encuestados.
Esto, significa que las palabras
son definitivas para que la gente piense una cosa u otra.
También podemos poner otros
ejemplos tales como:
‘’Estoy de acuerdo en pagar más
impuestos si eso significa tener más funcionarios’’, están de acuerdo el 20% de
los encuestados.
Pero si decimos: ‘’Estoy de
acuerdo en pagar más impuestos si eso implica tener más policías, más
profesores, más militares…’’, está de acuerdo el 80% de los encuestados.
¿Por qué? Son funcionarios,
simplemente se ha dicho de una forma diferente.
La tercera idea es, que lo mejor
que puedes ofrecer a los persuadibles es un buen relato.
Como por ejemplo Coca-Cola y
Pepsi. No nos dicen que es una bebida marrón y efervescente, sino que la
Coca-Cola es la alegría, o que tomar Pepsi es ‘’la alternativa’’, como si
fueras especial por tomarla.
Otros ejemplos muy significativos
pueden ser:
-
Hitler (La gran Alemania)
-
Rusbell (New Deal)
-
George Bush (guerra contra el terror)
Todos ellos se creen su propia
narrativa política.
Luis Arroyo, también nos
cuenta en otra idea que el público no
está atento, no se apasiona por saber la realidad de las cosas. Cada uno piensa
en su realidad, lee SUS periódicos, escucha SUS cadenas de radio,
etc. Lo que se entiende por ‘’lo mío, no
lo de los demás’’. Con lo cual, ya se está perdiendo la realidad de las cosas,
al no interesarse por el mundo que le rodea.
Por eso, un relato tiene que
referirse a emociones:
Por ejemplo, a un político se le
presenta de tal manera y con tal apariencia que parezca una persona fuerte, que
tiene las cosas claras. Aunque luego en realidad, como dice Arroyo: ‘’sea más
tonto que Abundio’’.
También nos cuenta cosas tales
como que todo buen relato tiene un antagonista (enemigo), y que hay una
secuencia lógica en casi cualquier forma de comunicación. En relación con esto
último, podemos explicar, que, los políticos, para llamar la atención, primero
señalan que ‘’hay un problema’’. Con esto, ya crean el proceso de escucha que
querían, tienen al público atento, con lo cual, ya pueden dar paso a la
solución que desde el principio querían proponer.
Para él, la frase: ‘’no dejes
pasar la oportunidad de una buena crisis’’, le parece frívola, pero en realidad
los políticos la utilizan mucho, puesto que es una gran oportunidad para
acercarse al pueblo para que piensen que son comprendidos y que pueden ser
ayudados. Pero realmente se trata simplemente de ganar votos. Esto, Arroyo lo
llama ‘’formación entorno a la bandera’’.
Otro ejemplo de esto, es por
ejemplo, cuando a Berlusconi le dieron una pedrada en la nariz. De repente, la
gente se compadecía de él, y le daban más aprobación a partir de ese momento.
‘’Seguro que le daban más puntos
de aprobación según el número de puntos de sutura’’, bromeaba Luis Arroyo sobre
este tema.
Obama, para la reforma de
sanidad, busca a posta a un niño al cual se le ha muerto la madre debido a que
antes las empresas no firmaban con sus trabajadores ningún seguro médico, con
lo cual, no pudo sobrevivir a su enfermedad.
Viendo esto, se piensa que se
están haciendo buenas acciones, pero realmente estaba todo pensado y acordado.
La quinta idea, se resume en:
‘’Si no tienes nada que decir, no concedas entrevistas’’.
Ruedas de prensa, entrevistas,
debates… ¿Para qué? Si muchas veces no tienen nada que decir.Para esta idea, Arroyo nos pone el ejemplo de el programa ‘’Tengo una pregunta para usted’’, donde es bien conocida la famosa pregunta que se le hizo a Zapatero, por aquél entonces presidente del Gobierno: ‘’¿Sabe cuánto cuesta un café en la calle?’’, a lo que él respondió:
‘’Sí, 80 céntimos’’. Claramente falló.
Pero, en realidad, no te están
preguntando solo eso, les interesa saber si eres un ciudadano común, alguien
que está al pie de la calle, un ser humano que conoce la vida cotidiana de sus
semejantes.
También nos habla en la sexta
idea, de lo que él llama ‘’Síndrome de Roberto Carlos’’.
Todos los políticos quieren tener
un millón de amigos en Facebook, twittear y tener un millón de seguidores…
Simplemente por el hecho de que así le llegará el mensaje que quieran
transmitir a mucha más gente. Aunque todo esto ahora está cambiando y ya no se da tanto.
La séptima idea se resume en:
¿buscar el punto débil del adversario? No, mejor atacar el punto fuerte. Suele
ser más eficaz.
También, nos habla del papel de
los actores políticos.
Dominan y guían la opinión de los
demás (como el macho alfa en los animales).De aquí surge la pregunta: ¿quién es la élite y quién sigue a la élite?
En la élite se encuentran los periodistas que sirven de engranaje para los grandes políticos. Conviven unos con otros.
Estos periodistas son los llamados ‘’Agenda Setting’’.
Los componentes de esta élite, marcan donde están los relatos, dentro, claro está, de los límites que marca la sociedad.
Sobre esto, pone como referencia el periódico ‘’La Vanguardia’’, para él un claro ejemplo de la relación ‘’parasitaria’’ entre periodistas de élite y políticos de élite.
Este periódico cambia según el partido que gobierne.
‘’Cuando hay crisis’’, explica, ‘’la gente se vuelve más conservadora, más devota, más fuerte y autoritaria, más patriota, y rechaza más al inmigrante’’. De ahí el nuevo concepto de orgullo.
También nos ha contado un poco la
noticia de que Marcelino Iglesias ha tenido el gran fallo de comparar en
nacionalismo catalán con el nazismo,
recordando las millones de muertes que causó Hitler.
Este libro, nos hace reflexionar
sobre cómo pensamos, nos hace ver cuándo podemos confiar en nuestras
intuiciones y cuándo no, qué decisiones tomar en nuestra vida profesional y
personal, cómo podemos protegernos de nuestros fallos mentales que nos crean problemas,
etc.
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